domingo, 31 de mayo de 2009

hastío

estoy hastiado

no me importa la cédula
ni el FM 2
o la tarjeta verde

intento vivir en el canto de una hoja

no quiero corregir mi identidad
ni la del vecino

que cada quien haga
su propia fe de erratas

sábado, 30 de mayo de 2009

renuncia

extranjero
del país que habito
me rehúso
a regresar desierto

renuncio a la tumba
que intenta adoptarme

y me aferro a un soplo

para buscar savia
de casta de otoño

viernes, 29 de mayo de 2009

El humo inconforme, 2ª parte y final

Sigue a ritmo lento, como cuando se hace el amor con la persona amada, y se sabe que es la última vez. Este hombre ha roto la solemnidad del acto y acaricia al oso celeste en el lomo, le llevan cerveza. Convengo en que los actos no deben ser solemnes, y me refiero a todos. Empieza a agradarme, por eso, por quebrar la norma. Ahora nos invita a caminar la utopía, a amar la belleza del absurdo, a vivir el eterno presente, a luchar por los derechos de soñar, de crear, de no olvidar..... y a reivindicar la ternura. Todo en lecturas redondas, en comentarios redondos, en sentimientos redondos.
Y el oso ya es azul.

Empiezan las preguntas. Un viejo levanta la mano y no le dan la palabra. Lo que empezó sin esperanza ha adquirido fuerza y no quiere terminar. Un viejo levanta la mano y no le dan la palabra. Ya casi nadie fuma y muero lentamente, me integro al ambiente. Un viejo levanta la mano y no le dan la palabra. Las preguntas reclaman venas y él las relega. Un viejo levanta la mano y no le dan la palabra. El micrófono se lo traga el oso azul. Un viejo levanta la mano..... y le dan la palabra. El viejo no pregunta, afirma. Entrega su existencia en ochenta cuartillas, van llenas de universo, todas a renglón cerrado, sin ortografía ni sintaxis, la vida no las necesita. Y hay aplausos y lágrimas y emociones y el oso se para y el fuego acude a los cigarrillos, a los cigarros, a las pipas,
y vuelvo a vivir, fuerte.

Me condenso en el frío, embriagado por compartir una noche redonda. El oso azul se retira. Todo termina y voy a devolverle al tiempo este pedazo de eternidad. Escapo hacia ella y, mientras me alejo del Minotauro, veo que le lee esos textos redondos al toro blanco, con el convencimiento —él lo manifiesta— de que está salvando la literatura universal. El toro yace esperando la parca, transpira vino, fuma, vivo, los bufidos son su único comentario. Se disipan, como yo, las madrugadas de gruñidos ininteligibles, hasta que llega una en la que se le entiende algo al bravo toro, que onettiza: las únicas palabras que tienen derecho a existir, son las mejores que el silencio.

Y apaga el cigarro
y se elevan las últimas volutas de humo
y muere

y yo

también muero
en la tibia bruma matutina.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El humo inconforme, 1ª parte

Eduardo Galeano en la Bodeguita del Centro

La tarde se funde. Los cigarrillos encendidos me hacen vivir. El hombre sube al frente con una cerveza en la mano, va a hablar de sus hijos. ¡Qué aburrido!, bostezo. Le acompañan tres monolitos colegiados, dos solemnes y el tercero no tanto. El oso celeste busca acomodo e intenta el silencio. Aumentan los cigarrillos encendidos, y mi vida, el oso está sediento. En un momento me percato que no es el mejor lugar para compartir pasiones, deseo huir pero algo me atrapa. Y es que establecer una relación con ella es un placer onanista; y un suegro estorba, y el oso celeste me confunde. Además, ¿de qué sirve que nos explique a su hija? Admiro su belleza y por eso la busco a solas. Aunque hay padres especiales y debo admitir que éste lo es, pues empieza reconociendo que sus hijos tienen vida propia y que, a estas alturas, ya no puede agregarles nada. Y más interesante, se reconoce como el penúltimo eslabón.

La aventura sigue pausada, el oso entra al laberinto de la mano del Minotauro. Me niego a continuar y añoro el aire libre, aunque eso signifique la muerte. Deseo escapar al calor, los vasos con hielo me lo impiden. De pronto me veo atrapado en un cuerpo ajeno, me apropio de él y busco huir en mi nuevo forma. Recuerdo a Icaro, construyo algo semejante y se derrite al calor del recinto, por suerte sin haber empezado a volar, y tiemblo. Me exhalan del cuerpo extraño. Hay frío, me condenso. Amo el aire enrarecido, es mío. Pero detesto la multitud, por eso evito el estadio.

Y él empieza leyendo fútbol y esto es el colmo y sospecho aburrimiento y se explaya en la pelota y el aficionado corre y el jugador grita y el árbitro protesta y es el acabose y quiero irme y no puedo volar y el oso ronronea y se acomoda y el silencio espera y hay un susurro a gol y se quiebra la primera carcajada y la incredulidad se esparce y llegan los comentarios y el oso asiente y va una nueva propuesta y ésta cae redonda y se rompe en carcajadas y unos ríen porque entienden y otros porque los primeros lo hacen y unos cuantos penetran la ironía,

y sonríen.

lunes, 25 de mayo de 2009

falso olvido

despierto
me baño
desayuno

tu rostro
queda atrás

también el 68
todos
los 19 de junio

no sé
qué tiempo vivo

mi falso olvido
cubre tus pasos

y no termino
de darme cuenta
que yo soy el muerto

jueves, 21 de mayo de 2009

secuestro

secuestraron mi soledad
y la extraño

pero no pagaré rescate

hoy me quiero aturdir
callar mi silencio

que se pierda
lo maten

y la palabra
se pudra

martes, 19 de mayo de 2009

Las palabras, 2ª parte y final

Hoy es especial, hay un reto que lo tiene contento. Es uno de los que antes admiraba. Nunca lo atacó por ese respeto que se le tiene al ¡Mula! ídolo de antaño, pero ahora comete el error de salir en defensa Por supuesto que ahora sentirá el ácido. de un oscuro escritor al que previamente había destrozado. Empieza a dictar, lo hace intensamente hasta quedar dormido. Tenías poder. Eras un dios destrozando palabras y personas. Algunos te temían. Nadie te ignoraba.

Se encuentra tirado en el suelo, con los ojos abiertos. La computadora quedó encendida después de haber dictado la filípica que la máquina transformó al instante en palabras. El pequeño Larousse, abierto, descansa a su lado. La señora de la limpieza abrió la puerta. Yo estaba en el escritorio. Me cerró y se lo agradecí. No quería ver más. Encontró polvo y artículos sin terminar. Polvo y dos ojos abiertos. Polvo y un cuerpo rígido.

Le queda tiempo, todavía hay tres horas para enviar el texto por correo electrónico antes del cierre de edición. No necesita más. Tiene el discurso básico y sólo está pendiente ese distinguido toque final. Busca el diccionario, está en blanco, A falta de pan, únicamente vivas ilustraciones le salen al paso. El brazo izquierdo le duele. tortillas. Acude a la vieja edición de su madre y sólo encuentra amarillentas ilustraciones a un color, atropelladamente los dedos Por supuesto que podría presentar un artículo flojo, tengo el prestigio necesario. recorren páginas vacías de palabras. Nada. Va en busca de la enciclopedia Hispánica. Igual. Toma un libro cualquiera Mierda ¿qué pasa? de su bien cuidada biblioteca. Lo mismo. Todos han quedado vacíos, ni una letra habita en ellos. Una sensación de vértigo lo envuelve, se acomoda en el sillón. Busca la pantalla y percibe un rápido movimiento de signos. El brazo izquierdo está dormido. No puede evitar que su cuerpo se deslice hacia el piso. De reojo ve los libreros, están llenos de palabras. Algunas saltan, todas ríen.

martes, 12 de mayo de 2009

hastío

De igual manera, Hastío lo trasladamos al 31 de mayo con la misma finalidad.

martes, 5 de mayo de 2009

renuncia

El poema quedó en este mismo blog el 30 de mayo, para que el texto Las palabras conservara continuidad

viernes, 1 de mayo de 2009

Las palabras, 1ª parte

Roberto es un columnista de prestigio, que se relaciona con lo mejor de los escritores nacionales. Se ha hecho a pulso, pasando por encima de quien obstruyó su camino. Junto al ombligo olvidó el origen. La única persona que visita es un paralítico de Quetzaltenango que sólo él conoce. El otro que podría considerarse su amigo, está en el exilio. Los demás le interesan, si son útiles. Minero de palabras, su veta favorita es el pequeño Larousse ilustrado No tienen idea de lo que me sirve. Por supuesto que sería mejor una edición reciente pero esos pendejos ya no la hacen. a colores del último año que se publicó en forma de libro. A partir Es bueno pero podría superarse. Por supuesto que lo prefiero a la antigüedad en blanco y negro que encontré en los cachivaches de mamá. de ese hallazgo en libros de viejo, el éxito y el dinero habían llegado. No llegabas al periódico. Oficina en la zona viva. Muebles italianos. Sillón de cuero. Escritorio y libreros de caoba. Piso de rosul. Y tu casa en la cañada. Sí, lo tenías todo.

Hubo otro diccionario que le sirvió para entender los conceptos utilizados por los periodistas Son unos mulas que no saben explotar la profesión. que antes admiró y ahora desprecia. Definitivo, amo este bello afilador de verduguillos. Pero a esa edición impresa le tiene cariño. Además, es un útil abastecedor de palabras, tiene una enorme cantidad términos y acepciones, con modismos de América Latina y España, anglicismos, galicismos y neologismos de uso corriente. Fui tu pequeño secreto. Me mantenías escondido. Fuera de la mirada de tu selecto grupo de visitantes.

Su fórmula es simple ¡quién la imaginara!, dicta el viperino discurso al convertidor de palabras integrado a la computadora personal de bolsillo, una Super Pentium de 32 megas en RAM y 4.8 gigabytes de disco duro, utilizando un lenguaje común con rasgos coloquiales. Después, con ayuda del pequeño gigante, transforma el vulgar texto en erudito, cuidando que el veneno no se pierda. Esto lo hace con estilo poco acorde a la tecnología actual. Abre el No uso la versión del Larousse en CD room, por supuesto que sería mejor pero el programa se limita a buscar la palabra y dar la definición. Son bien bestias. libro y contempla el diccionario página por página, las palabras saltan buscando desovar. Sus ojos, acostumbrados a la pesca rápida, gozan arponeando adjetivos y sustantivos. Al encontrar el vocablo exacto, con absoluta precisión lo inserta en el texto inicial, substituyendo las intranscendentes palabras Ah... si los tuvieran bien puestos alguno me contestaría. originales por otras inteligibles sólo para la élite. De cuando en cuando acude a la sección de locuciones latinas o, volviendo Por supuesto que no se atreven a enfrentarse al D’Artagnan del idioma; y si no les gusta mi estilo es su problema. a la tecnología, selecciona una frase cualquiera y con ayuda del programa de idiomas, la traduce a la lengua que desea. Esto con el fin de reafirmar su imagen de políglota. Todo fue artificio. No aportaste nada nuevo. Utilizaste mis palabras perversamente. Tu trabajo me asqueaba.