miércoles, 19 de agosto de 2009

Mal de Ojo, crónica de la presentación de un libro abierto en una casa cerrada

Llegamos a las 6 de la tarde, no fue difícil encontrar parqueo sobre la 7ª calle, no hay ningún letrero que indique que allí es Libre Café. La casa es antigua, allí vive el Poncho, quien está cansado de ir a las actividades culturales; por tanto, ha decidido convertir su casa en el centro de ellas. Han habido varios cambios y otros van en proceso: está terminando de habilitar la biblioteca y la sección Libre Cine.

No hay ningún letrero que indique un negocio, debe ser porque no está pensado como tal; es, simplemente, un espacio abierto a la cultura. Habitualmente, para entrar a Libre Café es necesario tocar la puerta. Últimamente ya hay quien te atienda, pero en un momento dado cada quien se sirve lo que desee. Nos encontramos con la novedad que la puerta estaba abierta ¡Cómo!, ¿acaso no es una casa cerrada? Lo primero que notamos al entrar fue a una muralista vendiendo los libros de la Mini Feria del libro nacional; muy ocupada en la lectura, ella.

Milo, un gran amigo conocido en el mundo de las letras como Emilio Solano Señores, también ojea un libro. Más allá está Paty Cortez, la autora; Maya Cu y Fernando Ramos, los presentadores oficiales del libro; las parejas y las disparejas de algunos escritores y escritoras, de poetas y poetos. Y también, ¡oh sorpresa!, el niño de verdad.

Empieza el acto. El Poncho presenta a los miembros de la mesa; Fernando hace un repaso a la trayectoria literaria de Paty; Maya atraviesa el libro en todo lo ancho; Emilio evoca la poesía de Paty. Hay fallas en el sistema de sonido, llamadas telefónicas a los miembros de la mesa, gazapos verbales, risas, amistad; en fin, todo lo bueno que sucede en una presentación cultural entre amigos, y quien no perteneció al grupo, participa de la camaradería.

Lo que sobra es amistad. Varios de los asistentes formaron parte de La Casa del Cuento y, aunque ya no se ven con la regularidad de antes, el aprecio no ha desaparecido. Quienes faltan son recordados; habrá una próxima, se prometen los presentes.

Salud por Mal de Ojo, salud por Libre Café. Que se siga escribiendo, y que los espacios culturales permanezcan abiertos, aunque haya necesidad de tocar a su puerta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario