lunes, 6 de julio de 2009

El regreso, 2ª parte

Llegó el taxi, me despido de Rocío, quien me ha aguantado todos estos rollos todas estas noches en todos estos años. Te acordás de tu esposa. Está aquí desde hace un resto, tu amiga y compañera. Sufrió más que vos. Ella se quedó cuando tuviste que salir y te alcanzó cuando ya andaba con otro compa. Lo sabías. El cayó, ella salió. Lo mataron seis meses después de capturarlo. Rocío y vos la apoyaron, nunca lo hablaron pero estuvieron de acuerdo. La nena duerme y la beso. No sabe que papá vuelve a su tierra, la que no es de ella. Retornás a casa y no querés dar la cara. Los amigos que dejaste y esperabas ver al triunfar, ya hace tiempo te enterraron. Prometo regresar pronto, voy a ver que onda. Un ex-compa vino a convencer a la mara que se podía volver, que no hay clavo. Algunos dicen que ese pisado trabaja en el gobierno. Pero lo tengo que tocar, como Tomás.

El taxi se va por viaducto y llego al aeropuerto a las seis y cuarto, me formo en la fila, que ya tiene seis personas adelante, y checo —chequeás— el boleto. Pido ventanilla en la sección de no fumadores, me dan el 24C, pasillo y fumadores. La guerra no ha terminado, seguís siendo un negro en la nieve. Y yo que pensé haber llegado temprano. México Oaxaca Tapachula, dos litros de leche por favor. Entrego el maletín y sólo me quedo con la mariconera, No vayás a chupar que por eso te mandaron a la mierda. donde guardo el pase de abordar, el pasaporte y algunos dólares.

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